Vivir un trabajo como una vocación, es una manera de disfrutar al máximo de tu empleo y, aunque no todo el mundo tiene esa suerte – uno no siempre puede dedicarse a lo que le gusta-, puedo deciros que me siento muy afortunada de disfrutar con lo que hago y con lo que percibo y siento de mi equipo.
Es su entrega diaria lo que satisface tremendamente. Rodearte de gente que quiere seguir creciendo profesionalmente, que tiene inquietudes, que muchas veces actúan de autodidáctas actualizándose, investigando,buscando la perfección –porque de los errores también se aprende- y motivando al resto como si de una onda expansiva se tratara.
Es por ello que me gustaría centrarme brevemente en la gestión y el desarrollo de las personas que componen I.D.I pues parte del éxito radica en ellas, en el equipo humano como piedra angular sobre la que se construye el resto de la empresa.
Cierto es que contar con la última tecnología es un punto a favor, y una ventaja a tener en cuenta, pero nuestra experiencia es un acompañamiento integral al paciente, desde la acogida, al diagnóstico, durante los tratamientos, y en los seguimientos posteriores es vital para que el paciente se sienta tranquilo y ahuyente sus miedos. Ponemos especial hincapié en que se sienta acompañado y tranquilo, mostrándole que está en manos expertas que son conscientes de la responsabilidad que implica trabajar con la salud de sus pacientes.
No hay mayor satisfacción que el trabajo bien hecho por doctores, higienistas y auxiliares que trabajan con vocación, porque es ahí donde se plasma el compromiso, la pasión por su trabajo que queda reflejado en un servicio de máxima calidad, con un trato cercano, personalizado y honesto, que es reconocido y agradecido por nuestros pacientes con los cuales se crea una relación de confianza y cercanía.
¨La experiencia es un grado y la excelencia nuestra meta”